El personaje inglés ficticio, Sherlock Holmes, tenía una particularidad en su metódica forma de procesar cualquier caso que se le encomendaba. Su inteligencia, su increible uso de la observación y el razonamiento deductivo para resolver casos difíciles lo llevaba a buscar la evidencia en un lugar donde nadie imaginaba que podía encontrar algo: La basura. Era allí, en ese lugar lleno de inmundicias en donde encontraba evidencias para resolver muchos de los casos complejos que investigaba.
Y si meditas un poco, Dios increiblemente ha usado desde el principio la misma metodología de Holmes. Los más grandes hombres de Dios no tuvieron un buen comienzo, no eran sabios ni tampoco eruditos de su palabra. Algunos fueron adúlteros y asesinos (David); criminales (Moisés); perseguidores de cristianos (Pablo); mentirosos y volátiles (Pedro) etc. A esos Dios los apartó, los llamó, los capacitó y los sustentó para su maravillosa obra.
Hoy Dios sigue trabajando de la misma forma! nuestro pasado dice «PECADORES», pero por medio de Jesucristo somos vasos de honra para llevar su palabra y ser usados por Él.
«Ahora tenemos esta luz que brilla en nuestro corazón, pero nosotros mismos somos como frágiles vasijas de barro que contienen este gran tesoro. Esto deja bien claro que nuestro gran poder proviene de Dios, no de nosotros mismos.» 2 Corintios 4:7 NTV
VIDA PLENA 